Gestión de
enfermería vs enfermeras en Gestión
por José Ramón Martínez Riera, Presidente
Asociación Enfermería Comunitaria (AEC)
Hoy presentamos una colaboración en nuestro apartado de Post-Invitados, de un profesional comprometido con la profesión enfermera, a lo largo de los años se ha forjado un prestigio que hoy nos honra en este Blog
Durante mucho tiempo las
enfermeras han tenido que reivindicar su posición y visibilidad en el sistema
sanitario. La falta de reconocimiento, tanto propio como externo, de cuanto
hacían y conseguían llevaba a que muchas de las actividades que realizaban
apareciesen con la etiqueta de Enfermería. Registros de Enfermería,
Investigación de Enfermería o Gestión de Enfermería son tan solo algunos
ejemplos. Era como si se estuviese pidiendo permiso para formar parte de las
actividades, competencias o campos profesionales. Como si los registros, la
investigación o la gestión fuesen diferentes para Enfermería que para el resto
de profesionales de la salud por el hecho de ponerle la etiqueta que le diese
ese marchamo de cierta exclusividad. En este sentido, por ejemplo, algo se
adelantó cuando se eliminó de la Historia de Salud en Atención Primaria la
famosa y poco valorada “Hoja de Enfermería” para pasar a un registro único en
la Historia por parte de los diferentes profesionales que prestaban atención
directa a las personas y familias de la comunidad.
Y no es que hayan desaparecido
las etiquetas, pero al menos ya no son tan habituales. En el caso concreto de
la gestión, las enfermeras nos hemos dado cuenta que no se trata tanto de crear
una Gestión de Enfermería como de que la Gestión que realizan adquiera una
dimensión que sea capaz de ser perceptible tanto por ellas mismas y sus iguales
como por parte de las organizaciones sanitarias y la propia sociedad. Las
enfermeras siempre hemos hecho y participado en gestión. Otra cosa es el papel
que nos han dejado o hemos aceptado desarrollar en cada caso.
Es muy importante que nos
instalemos en la normalidad. Que nuestra participación en Gestión lo sea por
capacidad y mérito a todos los niveles y no por cuotas, ni que quede
restringida a nuestro exclusivo ámbito profesional/disciplinar porque esto nos
impide y limita participar en una gestión integral en las organizaciones de
salud impidiendo de esta manera que seamos capaces de trasladar la mirada
enfermera a dicha gestión que es muy diferente a pensar que por ser enfermeras
nuestra mirada tan solo puede centrarse exclusivamente en enfermería sin que,
por otra parte, quede claro donde empieza y acaba. Al situarnos en la Gestión
de Enfermería nosotras mismas, como enfermeras, nos estamos encorsetando y
generando una parcela que aun teniendo aspectos específicos no puede ni debe
quedar aislada del resto de la Gestión. La Gestión no es de enfermería, ni de
medicina, ni de ninguna otra disciplina. Ese ha sido el problema de la
utilización colonialista y corporativista que nos ha relegado en tantas
ocasiones a parcelas restringidas de gestión con una capacidad de toma de
decisiones limitada, vigilada y supeditada.
Nuestro acceso a la Gestión como
profesionales, es decir como enfermeras y no como enfermería, debe ser sin
etiquetas tan innecesarias como condicionantes. Llevamos muchos años
demostrando nuestra capacidad y competencia para gestionar a los más altos
niveles. Cuando nos relegan a una única parcela, por importante que nos pueda
parecer, estamos aceptando que tenemos límites y que no podemos asumir la
gestión más allá de la enfermería como hacen otros profesionales. Hemos
alcanzado el máximo techo académico y esto debe tener traslado al ámbito
profesional con la normalidad que se requiere y sin complejos de ningún tipo.
Otra cuestión son las barreras
que determinados sectores, profesiones, políticos o administrativos quieran
seguir poniendo con escusas sin fundamente como que no tenemos opción al nivel
requerido para ocupar puestos de alta gestión. Las trabas corporativistas
propias de culturas feudalistas no tienen cabida y deben ser contrarrestadas
con decisiones políticas firmes, claras y sin ambages. Las decisiones
políticas, además, deben dar respuesta a necesidades sociales reales y no a
presiones de unos u otros sectores por importantes que estos sean o hayan sido
para permitirel acceso de los mejores en los puestos donde se toman decisiones
tendentes a mejorar la salud de la comunidad, con independencia de su
profesión. La población, por último, valorará los resultados que le aporten
mejoras en función de la gestión que se realice para lograrlo y no de quien lo
haga.
La actividad enfermera es tan
compleja que precisa de puestos específicos que permitan desarrollar una
gestión concreta. Pero esto no debe suponer, en ningún caso, el reducto o nicho
ecológico de nuestra capacidad gestora como algunos quieren y se empeñan en
mantener. La gestión debe quedar al margen de los intereses corporativistas,
como se ha venido haciendo y se sigue haciendo en muchos casos, para pasar a
ser un interés colectivo, comunitario y ampliamente participativo desde el que
se dé respuesta a las demandas reales y a las necesidades sentidas de la comunidad
donde se integran las organizaciones a gestionar y no a las necesidades
profesionales sean de la disciplina que sean.
Por lo tanto, no se trata de que
tengan que desaparecer las Direcciones de Enfermería como tampoco lo harán las
Direcciones Médicas o Administrativas. Se trata de que la existencia de estas
no actúe como techo a nuestras capacidades para acceder a la GESTIÓN con
mayúsculas.
Cuando logremos observar con la
naturalidad deseable y no con la sorpresa puntual, el que las enfermeras tienen
acceso a todos los puestos de responsabilidad en gestión, habremos dado un paso
muy importante en nuestra madurez profesional.
La decisión no es exclusivamente
nuestra, pero en nuestra mano está que de quien depende que se haga realidad lo
haga convencido de nuestra aportación derivada de la motivación, implicación y,
sobre todo, de nuestra asunción de responsabilidades cuando toque hacerlo. Tan
solo entonces podremos hablar del papel de las enfermeras en la Gestión y no
solamente de la Gestión de Enfermería.
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