jueves, 26 de enero de 2017

Entre dos aguas: la supervisión enfermera

Entre dos aguas: la supervisión enfermera



Ser mando intermedio de enfermería, tal como hemos ido hablando a lo largo de mis

intervenciones en Hablemos de Gestión, es un papel complejo, a pesar de ser un cargo

situado entre la dirección de nuestro centro y los profesionales, ya que se dan una

serie de circunstancias que hacen que la supervisora (como venimos llamando a este

cargo) tenga lo que se denomina a veces el “efecto sándwich”, ese estar entre dos

aguas, la dirección y los profesionales.

Aquí es donde se debe hacer más énfasis y es cuando la supervisora ha de saber cual

es su papel, por un lado esa “gestión de proximidad” que nos hace estar tan cerca de

nuestros compañeros de turno, enfermeras y auxiliares, que no han de confundir los

papeles, unos papeles que son claves para el buen desarrollo de las funciones de la

supervisión, no se ha de olvidar que la supervisora goza del principio legal de

autoridad, y como tal está facultada para ello, y los profesionales deben de saber que

su supervisora, a pesar de ser, en algunos momentos pasados una compañera de

trabajo, en la misma planta incluso, tiene un cometido que no puede dejar de lado: es

un superior jerárquico con las relevantes consecuencias legales que tiene dicha

consideración.

La supervisora también ha de ser consciente de ello, ya que tiene un mandato de parte

de la dirección del centro, para llevar a cabo una serie de cometidos que implican la

responsabilidad gestora, desde la gestión de recursos humanos, la planificación de los

mismos, el buen funcionamiento de las unidades, la interrelación entre profesionales,

pacientes y familiares, y el control y seguimiento de los objetivos del centro, entre

otras funciones.

Visto todo ello se puede llegar a tener conflicto de intereses entre una parte y otra, y

aquí es donde adquiere más valor, la profesionalidad del gestor enfermero, la

supervisora debe saber donde está en cada momento, y debe adoptar las medidas

necesarias para que sus funciones se lleven a cabo con rigor, siguiendo las directrices

del centro, velando por la calidad asistencial en todos los ámbitos y procurando que

los profesionales cumplan con ello, y en mi opinión, aquí es donde reside el verdadero

valor de la supervisión enfermera: el valor de saber transmitir a los profesionales los

objetivos de la organización, hacer todo lo posible para que los objetivos y valores de

la organización sean conocidos, entendidos y sobretodo se lleven a la práctica. Ya que

en la gran mayoría de ocasiones el profesional asistencial desconoce los mismos, o no

sabe dónde encontrar los planes estratégicos y líneas de trabajo del centro.

La supervisora debe ser la correa de transmisión

entre la dirección del centro y los profesionales

¿Qué ganamos con ser ese engranaje imprescindible?

 Conocimiento

 Saber hacia dónde va nuestro centro

 Pertinencia al mismo

 Orgullo profesional

 Reconocimiento del papel de la supervisora

Hacer que el profesional viva como propios los objetivos de las organizaciones es

trabajo de su supervisora, ya que conoce los mismos por su cargo, y puede ser capaz

de explicarlos de manera entendible al resto de profesionales, por experiencia propia

se puede decir que un profesional informado es un profesional más comprometido con

su centro, un profesional capaz de entender hacia donde se encaminan los esfuerzos

colectivos, donde sin duda va a salir beneficiado. Esto se podría denominar

“compromiso con la organización”.

Hagamos más fácil el trabajo de las supervisoras, preguntémosles sobre nuestro

Hospital o centro de trabajo, seguro que tienen muchas cosas a explicarnos, seguro

que todos vamos a salir ganando con ello: centro de trabajo y profesionales sin duda y

la supervisora adquiere ese papel comunicador imprescindible en la carrera por

conseguir el liderazgo.

Vamos a por ello!

Comunicar e informar es ganar!

“Management de proximidad”, un objetivo necesario para aproximar la gestión a los profesionales

“Management de proximidad”, un objetivo necesario para aproximar la gestión a los profesionales



En los últimos tiempos se está hablando largo y tendido de humanizar la atención sanitaria y los cuidados, son ya sobradamente conocidas diferentes iniciativas como la de Gabi Heras con Humaniza la UCI, Raquel Franco Humanizando el área quirúrgica, campañas como #yomellamo que abogan por un trato personalizado a nuestros pacientes, con acciones tan sencillas, y a veces olvidadas, como son saludar, presentarse, dar las gracias, hacer sentir a nuestro interlocutor que estamos por él, y nos ponemos en su papel, abandonando la barrera de la “bata blanca”. Muchos centros también abanderan acciones destinadas a dar acompañamiento a los pacientes a lo largo de su estancia en los mismos: permitir la entrada de hermanos en las UCI, puertas abiertas todo el día para que los niños puedan ser acompañados y sentir la presencia “piel con piel” de sus padres, etc. Todas ellas han sido seguidas por gran cantidad de profesionales que suman su granito de arena en poder hacer una sanidad más respetuosa y más humanizada, que haga que los pacientes y familiares se sientan personas al entrar en un ambiente hostil como puede ser, por su desconocimiento el mundo sanitario.
Como gestor sanitario me alegra ver que se está produciendo un cambio, que se rompen las barreras que siempre han estado presentes durante la atención sanitaria, sobre todo a nivel hospitalario, y se va teniendo en cuenta a los usuarios, que no hemos de olvidar que son el centro del sistema (o deberían serlo).


Los usuarios son el centro del sistema sanitario
Y es aquí donde se plantea un cambio de paradigma importante, y muy posiblemente podría ser motivo de debate entre los lectores: estamos intentando humanizar la atención sanitaria, pero…


¿La gestión sanitaria es humanizada?


Si se analiza esta pregunta con detenimiento y miramos a nuestro alrededor, a lo que conocemos… ¿podemos dar respuesta a la misma?
Por definición hay muchos departamentos dentro del mundo gestor, que desgraciadamente no son todo lo humanizadores que nos gustaría, departamentos que ya su propio nombre es muy descriptivo no creéis…y que todos conocemos y nos lo planteamos a veces en “petit comité”:  Departamento de Recursos Humanos, por ejemplo, es aquí donde hay que realizar un cambio de nomenclatura, sustituir el recurso humano por las personas o los profesionales que son los que sustentan la estructura de los diferentes centros, pero… de qué sirve un cambio de nombre si la gestión sigue siendo la misma, hay que profundizar más en ello, realizar un cambio de rol muy importante, e ir de cara al gestor humanizado, que en algunos debates se ha venido en llamar “gestor de proximidad”, el “management de proximidad” es el de más fácil implementación, puesto que recae en el primer eslabón gestor, en el caso de la enfermería, en las supervisiones, que por estar más cerca de los profesionales pueden llevar a cabo su labor de una forma más próxima, más adaptada a las necesidades personales y por supuesto más humana.
Este “management de proximidad” podría ser incluso la piedra angular que sirva para el cambio, de iniciativas surgidas desde abajo, fluyan hacia arriba en la pirámide de los organigramas y permitan llegar a un cambio más profundo, un cambio de modo de actuación de los gestores sanitarios.
Tal vez es una utopía, pero no por ello se ha de desestimar y dejar de lado, y esa función depende de los actores intervinientes: en nuestra actuación como gestores hemos de procurar realizar los cambios más necesarios para que el sistema cambie, pequeños detalles, pequeños gestos, pequeñas acciones, que juntas van produciendo su efecto: un efecto de cambio que los profesionales detectan, que los profesionales sienten, que los profesionales agradecen, un cambio que consiste en tratar a todos como PERSONAS, puesto que no hemos de olvidar que eso somos, y pobre del que olvide de donde viene.

Tenemos trabajo por llevar a cabo, ¿somos capaces de probar a cambiar?, de ver nuevas opciones de hacer gestión, de tratar a los profesionales desde la óptica humanista, las reacciones y los resultados son sorprendentes: implicación, responsabilidad, pertinencia, calidad…el “management de proximidad” es esto, es el cambio necesario: Vamos a ello!