Quieren que sea supervisora!!!
Responsabilidad y respeto
Cuando una enfermera recibe la noticia de su posible promoción a un cargo intermedio, léase supervisión, ¿qué le pasa por su cabeza en ese momento? Estoy seguro que es una pregunta que nos hemos hecho en muchas ocasiones y algunos de los lectores se la han hecho y han podido responder.
Ser candidato a un puesto de gestión es una de las pocas vías de promoción vertical de las que dispone una enfermera ya que desafortunadamente nuestra profesión está limitada ya no sólo en este aspecto, pero esta posibilidad hay que planteársela de manera seria, ya que dedicarse a la gestión enfermera no debería ser una etapa profesional para ser tratada con ligereza.
Ser gestora enfermera es un cargo de alta responsabilidad y por ende, a pesar de sus detractores, de gran complejidad, y más teniendo en cuenta que en muchas ocasiones el posible candidato parte sin experiencia ni formación para ello. La experiencia se adquiere con el paso del tiempo, aprendiendo con el día a día, teniendo a tu lado a algún mentor del cual tengas plena confianza en sus artes gestoras (a que lo identificas?) y sobretodo teniendo esa templanza necesaria para enfrentarse a todo lo que implica ese nuevo puesto que te han encomendado.
Que puede pasar... en la gran mayoría de las ocasiones tenemos la suerte y la oportunidad de sumarnos a una línea gestora consolidada a la que iremos perfilando con nuestras propias pinceladas: adaptar nuestra manera de ser, pensar y actuar para el beneficio de nuestra labor gestora y claro está de los profesionales y de nuestra institución.
Ver. Adaptar y Mejorar
Hay riesgos en este proceso, muchos y los tenemos que saber gestionar: seleccionar un mal mentor o guía, perder nuestra propia identidad, e incluso sacar de nuestro interior lo peor que tengamos. Nos podemos equivocar y fijarnos en algún compañero que no sea el mejor referente, “no problem”, siempre podemos cambiar de guía, eso forma parte del aprendizaje. La identidad personal es propia e intransferible, por dedicarnos a la gestión no hemos de cambiar: ser uno mismo, es un valor a tener en cuenta tanto por uno mismo como por los profesionales. Mantengámoslo! No cambiemos de manera de ser y de pensar. Modelos de gestión hay muchos, pero el mejor modelo de gestión es el que se adapta mejor a nuestro puesto, a nuestro personal y a nosotros mismos.
El mando intermedio es un espejo donde se miran los profesionales: desempeñémoslo de manera que se puedan ver verdaderamente reflejados… ya me diréis como.
Vamos a por ello!
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